1. Descubrimiento del valor del esfuerzo y de la alegría de participar con niños distróficos musculares.
Secretario General “Marioneta y Terapia”. Japón (16)
La asociación “Marioneta y Terapia” de Japón se fundó en Nagoya en 1989.
Es un centro en el que se organizan encuentros y conferencias para profesionales de la educación y de la medicina.
En el centro de formación de la asociación se ha creado una clase donde se utilizan los títeres. Esta clase está destinada a jóvenes con problemas mentales tales como los autistas y con desórdenes motores de origen central.
La edad oscila entre 18 y 25 años.
Se construyen títeres con materiales muy sencillos y se trabaja una obra cómica muy conocida en Japón: La boda de los ratones.
Cada persona discapacitada está acompañada de un voluntario, que le asiste durante el proceso de creación y en las representaciones.
Se realizan adaptaciones de los títeres. Por ejemplo, una persona discapacitada que va con muletas, se le pone sobre la muleta, un títere, y puede hacerlo accionar desde la misma muleta.
Tienen un pequeño teatro que les ha subvencionado una empresa de seguros.
También tienen un boletín que les ha subvencionado la propia empresa.

2. Papel jugado por el teatro de títeres después del terremoto de Kobe, para ayudar a los niños/as y personas muy traumatizadas. (producido en enero de 1995, con seis mil muertos) (17)
Maki Kohda. Profesor de la Universidad Seitoku. TOKYO. Japón.
Después del terremoto, muchos espacios públicos fueron utilizados como viviendas provisionales (salas comunales, escuelas, guarderías…) y también se instalaron carpas en los parques. Estas viviendas desgraciadamente fueron utilizadas durante uno o dos años.
La vida en estos sitios era difícil, ya que no había intimidad. Tampoco se descansaba bien por las noches.
En esa situación difícil, los niños intentaban llevar una vida normal.
Pensé que los títeres podrían ser un buen medio para quitar la angustia.
No fui enseguida después del terremoto, ya que cuando ha habido un seísmo, después hay réplicas y la gente está todavía con mucho miedo por si hay otro grande y no salen a la calle.
Creé una red de voluntarios adultos que hacían representaciones de títeres.
(en Japón no existe la tradición de que los niños hagan títeres).
Se han realizado más de 200 representaciones durante cinco años. El grupo de títeres se llama “Buena cara, cara sonriendo”. El objetivo era reencontrar la sonrisa en el rostro de las personas que habían sufrido el siniestro, con nuestras representaciones.
Tenía dos oficinas, una en el sitio del siniestro y otra en un pueblo fuera.
Había varios grupos trabajando (siempre amateurs y voluntarios).
Al acabar la representación se repartían títeres de dedo hechos de papel (que habían construido mis alumnos de la universidad), y así los niños podían seguir jugando con los títeres.
Debido al miedo, los niños no dejaban la mano de sus padres. Pero gracias a las representaciones, se acercaban solos al teatrino. En la situación tan fuerte como es un terremoto, en situaciones de guerra, en conflictos donde el miedo y la tensión de las personas está al máximo, la fuerza del teatro de títeres, sobre todo orientado a los más pequeños, puede liberar a los corazones de graves preocupaciones y puede hacer nacer una voluntad de vivir.
(17) MARIONNETTE TE THERAPIE. Número 28 – 2002