EL PASTEL DE CHOCOLATE
Cuento
creado con un alumno con síndrome de Asperger y explicado a alumnos
de Educación Infantil, por sí mismo. Las acciones del cuento las realiza
propio alumno y las anima a hacer a los espectadores.
creado con un alumno con síndrome de Asperger y explicado a alumnos
de Educación Infantil, por sí mismo. Las acciones del cuento las realiza
propio alumno y las anima a hacer a los espectadores.
“Cuando salimos de la escuela, mi hermana Marta y yo vamos a pasar la tarde a casa de tía Celia.
( DIOS SEÑORITA Y HACEN DIOS CON LA MANO)
Mmmm…¡qué mejor olorillo!
(INSPIRANDO POR LA NARIZ. MMM…)
– ¡Pastel de chocolate! ¡Qué bueno! –dice Marta.
(SACAR LA LENGUA Y LAPESSE LOS LABIOS)
– ¿Cómo sabes si no lo has probado? -le pregunta la tía.
– Lo huele con la nariz –contesta ella.
( INSPIRANDO POR LA NARIZ)
– ¡Ahá, lo dice el olfato!
Vamos corriendo al comedor a buscar el pastel, pero no está ahí.
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(PICAR DE PIES EN SUELO)
– ¿Quién quiere zumo? Y tía Celia nos trae un vaso de limonada a cada uno.
– ¡Uy, uy, uy! ¡Está muy frío!
(DICIR “UI, UI, UI”, FREGÁNDOSE LAS MANOS)
– ¿Cómo sabes si aún no has bebido?
– ¡Pero estoy tocando el vaso con las manos! – contesto.
– ¡Ahá, lo dice el tacto!
¡Cling, cling, cling! Es la campanilla del horno.
(DIR: CLING, CLING, CLING)
– ¡El pastel está listo!
– ¿Cómo sabes si no estás en la cocina?
– Porque siento con mis orejas la campanilla.
Lo dice el oído.
(CON LAS MANOS HACER CAMPANA CON LAS OREJAS)
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– ¿Quién quiere ver la tarta que sacaré del horno?
-pregunta la tía Celia.
– ¡Yo, yo, yo…!
– Vale, pero hasta que no se enfríe, no podremos ni tocarlo.
(BELUGAR LAS MANOS)
– ¡Ya puede entrar! ¿Qué está aquí el pastel?
– ¡Claro! – –dice al verlo sobre la mesa.
– ¿Cómo lo sabes?
– Porque le veo con mis propios ojos.
– Claro, te lo dice la vista.
(SEÑALAR LOS OJOS CON UN DEDO)
– Cuando se enfríe el pastel, lo llevaremos al comedor, lo cortaremos en trozos y…
– ¡Será buenísimo! – digo impaciente.
– ¿Y cómo lo sabrás?
– Pues porque lo saborearé con la lengua.
Lo dice el gusto.
(HUMM, LEERSE LOS LABIOS)
¡Ya hemos aprendido los cinco sentidos!
Ese día, la tarta de chocolate de la tía Celia nos gustó más que nunca.”
