Peligro en el mar

PELIGRO EN EL MAR

de Begoña Ibarrola

PARA TRABAJAR LA ALEGRÍA

esta
es la historia de un caballito de mar que vivía con su familia en
una zona bonita y tránquela del océano, rodeado de corales, erizos,
cangrejos y todo tipo de peces y plantas acuáticas.
la
su vida pasaba plácidamente hasta que un día el delfín Ballarí les va
dar una noticia muy preocupante. El delfín convocó a todos los
animales marinos de esa zona a una reunión y cuando todos llegaron los
dijo:
       Amigos,
vengo de explorar los límites de nuestro territorio y traigo una horrible
noticia. Hay una gran mancha negra en el mar que muy pronto, si les
vientos no cambian, llegará hasta aquí en dos días.
Todos se miraron entre sí preocupados por la noticia. Deberían hacer algo de inmediato.
Pepito,
el caballito de mar, tenía un gran amigo, un cangrejo ermitaño que se llamaba
Frank, con el que a menudo jugaba al escondite. Ese día en vez de
jugar se puso a comentar la terrible noticia.
       Qué desgracia- decía Frank-, no sé que será de nosotros, seguramente moriremos todos.
Pero el caballete Pepet era más optimista y le contestó:
-Bueno,
no es por tanto, gracias al delfín Ballarí lo hemos sabido a tiempo. Al menos
tenemos dos días antes de que la mancha llegue hasta aquí. Tenemos que pensar en
alguna solución.
Mientras
estaban pensando en silencio sintieron llorar a alguien y, buscando de dónde
venía aquel llanto, se encontraron con la ostra Closcadura.
-¿Qué te pasa, Closcadura, porque lloras? –le preguntaron.
-Moriré pronto, no hay solución para mí porque no puedo moverme tan rápido como vosotros –contestó.
El caballito Pepet la animó:
-No te preocupes, Closcadura, nosotros te ayudaremos, seguro que se nos ocurre algo.
en
Pepet pensaba que todos los problemas tienen solución, así que cuando
aparecía un problema se ponía a pensar en lugar de desesperarse, como
hacían los demás. En cambio, el cráneo Frank, ante un problema, pensaba
que no había solución y se hundía en la desesperación.
el
caballete Pepet decidió dar un paseo para pensar mejor y va
descubrir que unos lloraban creyendo que no podían hacer nada y otros
pensaban para encontrar soluciones, al igual que él. Sin darse cuenta se va
alejar bastante de su zona y sintió que alguien le llamaba.
Pepet, ¿qué haces tú por aqui? Estás muy lejos de tu casa.
Era el delfín Ballarí, el que les había dado la fatal noticia.
-Estoy pensando. Quiero encontrar alguna solución para poder irse antes de que llegue la mancha negra –contestó-
-Pero Pepet, sabes que algunos animales y plantas no se pueden ir de donde están, les llevaría muchísimo tiempo desplazarse.
El caballete Pepet no se dio por vencido y siguió pensando mientras se dejaba llevar por el ritmo del agua.
-Tú eres muy mayor, delfín Ballarí, y yo soy muy pequeño y no puedo llevar a nadie encima, pero tú sí.
El delfín le escuchaba con atención mientras pensaba que quizás era una buena idea.
-La Ostra
Cáscara, el cangrejo Frank y los otros animales y plantas que no pueden
moverse podrían ponerse sobre ti. Y cómo eres muy rápido nadando seguro
que podrías hacer muchos viajes, y así salvar a muchos animales y plantas.
el
delfín sonrió: sí, aquella era una buena idea, y pediría a los demás
delfines ya las ballenas que hicieran lo mismo. Al momento, sin esperar
además, se fue nadando a buscarlos.
Pepet y Ballarí, volvieron muy contentos para dar la noticia a sus amigos.
-Cáscara, Frank, el delfín Ballarí nos llevará muy lejos de aquí antes de que llegue la mancha negra !!
Todos gritaron de alegría y aplaudieron al delfín, que se sintió muy feliz por poder ayudar.
En el
día siguiente, mientras el sol salía por encima del mar, un grupo de delfines
y ballenas se concentraron en la zona y fueron cargando a todos los
animales y plantas que podían.
Al atardecer estaban muy cansados de tanto viaje de aquí para allá pero satisfechos por salvar a sus compañeros y amigos.
ahora
se ve jugar juntos el caballete Pepet y el delfín Ballarí en una zona de
el océano de aguas limpias y cristalinas, y en la ostra Closcadura conversando
con el cangrejo Frank recordando la historia de aquella mancha negra que uno
día amenazó sus vidas.
Y
lo curioso de todo es que los dos acaban riendo y repitiendo a la vez:
"Cuando hay un problema siempre hay una solución". Esto fue lo que
aprendieron ese día y nunca lo olvidarán.

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