Mi cara dice…
Escuela Palau. Palacio-solitán y Plegamanos
Curso 2011-12 - Educación Infantil










de una vara. Ella se la cargaba en la espalda cuando tenía que ir a por agua.Uno de los cubos estaba agrietado y la otra era perfecta. Esta última llegaba siempre llena de agua después de la larga caminata desde del torrente hasta la casa. En cambio, el otro cubo llegaba medio vacía.Durante mucho tiempo, la mujer llegó todos los días a su casa con sólo una cubo y media de agua.Naturalmente, el cubo perfecto estaba muy orgulloso de su propio resultado; y la pobre cubo agrietado se sentía avergonzada de hacer sólo la mitad de su trabajo. Después de dos años reflexionando sobre su propia y amarga derrota por estar agrietado, el cubo habló con la señora durante el camino:“Siento vergüenza de mí misma, porque esas grietas que tengo me hacen perder la mitad del agua durante el camino hasta tu casa.”La mujer sonrió: “¿Has visto qué flores más bonitas hay junto al camino? Yo conocía el tuyo defecto y sembré entonces. Cada día, cuando volvíamos, tú las regabas. Durante estos dos años he podido cosechar flores para adornar mi casa! Si tú no fueras como eres, ¡yo no habría podido disfrutar de este privilegio! ”Hay que aceptar a cada uno tal y como es… y descubrir las cosas positivas potenciándolas.”


