Los títeres somos especiales. Trastornos y deficiencias a tratar
Trastornos de conducta
Podríamos decir que son alumnos que presentan cierto rechazo a ser educados.
Presentan una historia de peregrinación por distintos servicios médicos, y psicológicos con un historial complejo de diagnósticos.
Podríamos encuadrarlos dentro de la definición de alumnos con trastornos emocionales y conductuales que presentan LEE KERN y GLEN DUNLAP en REEP y HORNER (2000):
- CI por debajo de la media
- Deficiencias en el rendimiento académico
- Analfabetismo funcional
- Dificultad en las habilidades sociales
- Mala interacción con los compañeros
- Bajo autoconcepto
- Malas relaciones con los adultos
- Carece de responsabilidad o de independencia
- Dificultad para expresar apropiadamente sentimientos
- Ansiedad
- Problemas de adaptación a los cambios
- Falta de cumplimiento y responsabilidad
- Agresión
- Disrupción y verbalizaciones inapropiadas.
A pesar de lo que a veces parece, no son alumnos “duros”. Su inteligencia emocional está tocada, su personalidad es frágil. Pueden utilizar el enfrentamiento para disimular su propia fragilidad. Interpretan la realidad (palabras, actitudes por otra, situaciones que se producen, …) de una manera especial, como si se tratara de algo amenazante.
Entonces su respuesta es también de amenaza, rechazo, insulto. Rara vez aceptan una interpretación de la realidad diferente. Interpretan los conflictos únicamente según su punto de vista. Seguramente no pueden ponerse en el sitio del otro.
No tienen empatía. Entonces iniciado un conflicto se les hace muy difícil encontrar una salida a la situación creada. Por otra parte, buscan ser aceptados, ser agradables a los demás y pertenecer a un grupo social, a pesar de tener dificultades para conseguirlo, como consecuencia de sus actitudes.
En algunos momentos tratan de hacer lo que se espera de ellos, pero esta conducta no tiene continuidad. No es una conducta firmemente arraigada y cualquier hecho puede volver a alterar la situación. Se les hace difícil establecer relaciones basadas en la confianza (no confían en los demás), la lealtad, el respeto, la gratitud, la responsabilidad, el compromiso. Observamos miedo y recelo ante nuevas situaciones y sensaciones desconocidas e inseguridad en afrontar retos nuevos que les pueda suponer una dificultad su adquisición y aprendizaje.
Muestran dificultad para procesar la cantidad de estímulos que produce el mundo real actual tan complejo.
Parece que cuando hay demasiada estimulación se produce demasiada impredectibilidad y entonces esto provoca conductas inapropiadas.
En los aspectos más académicos aunque saben leer y escribir y que utilizan algunas operaciones matemáticas, estas habilidades son poco funcionales y no han alcanzado los mínimos hábitos de trabajo.
El objetivo principal es alcanzar el bienestar psicológico de cada alumno y de la familia y el entorno que le rodea, mejorando en la medida de lo posible su adaptación social en su entorno y tratar de articular un proyecto de futuro viable.
Los aprendizajes académicos se sitúan en un segundo plano y se convierten en las herramientas complementarias que deben ayudar a alcanzar estos objetivos básicos.
Los aspectos conductuales deben trabajarse a partir del análisis funcional de la conducta teniendo en cuenta que “aumentar la diversión en el aula es la forma más saludable de prevenir las conductas problemáticas” (MCGEE, G; DALY, T ., en REEP y HORNER, 2000).
La intervención debe basarse en:
- Incondicionalidad afectiva.
- Refuerzo positivo verbal constante.
- Ignorar siempre que sea posible las conductas negativas.
- Ayudar al control y autorregulación de su conducta con el establecimiento de rutinas.
- Facilitar actividades en las que el éxito esté asegurado.
También sería importante sumar a estos esfuerzos:
- Actuaciones en el entorno familiar: El entorno familiar de estos alumnos necesita ayuda. Lo primero que debe percibir este entorno es que estamos preocupados por el alumno. Nos preocupa su bienestar emocional y observamos que no está bien y estamos dispuestos a trabajar para ayudarle.
- Actuaciones médico-psiquiátricas y psicoterapéuticas: una parte importante de estas conductas tienen un componente etiológico de enfermedad mental, por tanto, la participación del médico-psiquiatra y del psicoterapeuta puede ser un elemento clave.